03 - 01 - 2012
-¿Quies patatas?
-No,gracias.
-¿Quies patatas?
-Que no,gracias.
-¿Quies patatas?
- ¡Ya te he dicho que no quiero patatas!
-¿Quies velas?
- ¡Coño! ¿Pero es que también tienes velas?
-No, ¡que si quies velas patatas?
-No,gracias.
-¿Quies patatas?
-Que no,gracias.
-¿Quies patatas?
- ¡Ya te he dicho que no quiero patatas!
-¿Quies velas?
- ¡Coño! ¿Pero es que también tienes velas?
-No, ¡que si quies velas patatas?
¿Cómo está la neverra?
La Neverra está a dos velas.
La Neverra está a dos velas.
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D. Kepa estoy totalmente de acuerdo con usted. Voy yendo a la Neverra y voy encendiendo las ve.. digo las lámparas de aceite para iniciar la sesión nocturna.
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Sobre el discutido -y, salvo prueba en contrario, por el momento descartado- doctorado de la licenciada Sra. Vela, diré que yo no le doy mucha importancia. Probablemente si examinamos la contribución a la ciencia y na la técnica a lo largo de la Historia, ya no digamos desde antes de la acuñación y formalización de esos grados, haya tantas realizaciones de novicios como de tonsurados.
Así que la carencia de ese trámite -que no pretendo minusvalorar- no impide a la Sra. Vela investigar, descubrir, patenta, imasdemasizar todo cuanto se le ocurra. Tampoco puede imputarse a esa carencia su canto de cigarra a la alegría progre
Ahora bien, don Gora, le voy a decir una cosa: “que alguien que no es doctor luche por la igualdad de las Doctoras con los Doctores” es una bella causa. Si además lucha por la igualdad de las licenciadas con los doctores, entonces es perfectamente socialista, y eso sí que es guay.
Así que la carencia de ese trámite -que no pretendo minusvalorar- no impide a la Sra. Vela investigar, descubrir, patenta, imasdemasizar todo cuanto se le ocurra. Tampoco puede imputarse a esa carencia su canto de cigarra a la alegría progre
Ahora bien, don Gora, le voy a decir una cosa: “que alguien que no es doctor luche por la igualdad de las Doctoras con los Doctores” es una bella causa. Si además lucha por la igualdad de las licenciadas con los doctores, entonces es perfectamente socialista, y eso sí que es guay.
Yo también tengo que ir a la neverra por esa ocurrencia represiva de don Kepa.
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D. Kepa, represor, cenizo neocón, inquisidor…
Y a la neverra me voy… que entren las majorettes…
Y a la neverra me voy… que entren las majorettes…
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Cuando el Público de tu vecino veas rasurar, pon tu privado a remojar.
(Es un poco tarde para neverra, perooo…)
(Es un poco tarde para neverra, perooo…)
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01 - 01 - 2012
saludos al personal.
a pase de D. Luigi, si los niños de Viena son cantores, las niñas ¿son encantadoras? o quizá cuando no sean tan niñas.
a pase de D. Luigi, si los niños de Viena son cantores, las niñas ¿son encantadoras? o quizá cuando no sean tan niñas.
Estreno de neverra. Año nuevo, mismo destino
30 - 12 - 2011
Buenos días.
Urdangarín más que casada con la Infanta Cristina parecía estar casado con Lucrecía de B-orgía Económica.
Neverrraa, que melancolíaaa..
Neverrraa, que melancolíaaa..
29 - 12 - 2011
Si, D. feroz, Jajajajj, tampoco se me había pasado inadvertido el comunista coreano de la zambomba. Y estando en una piscifactoría coreana, supongo que acabarían cantado el “pero miran como beben los peces en el río…”
¡NEVERRRA!!
Originalísima la idea, excelente el trabajo, bella la presentación, en fin, una caja maravillosa…
pero… ¡qué punzante la espina de rosa tan fermosa!…
pero… ¡qué punzante la espina de rosa tan fermosa!…
…¡qué dolor!, he sido olvidado, preterido, no he sido llamado ni he tenido cabida en la caja de los elegidos de Doña Ostra. ¡Ostras! cómo sufro.
¿No nos alimentamos con la misma comida?… …¿No nos curamos por los mismos medios? ¿No nos calentamos y enfriamos con el mismo invierno y verano que los demás remeros? Si nos pinchan, ¿acaso no sangramos?.
En fin, trataré de calmar mi dolor combatiendo la soberbia* aunque a mis años temo ser derrotado en el combate. ¡Otra amargura!.
* En una antología del disparate de hace ya años se publicó este, inolvidable: “La soberbia es el apetito desordenado de comer y beber y se combate practicando la lujuria”. Iré a la Neverra, solitaria a semejantes horras a calmar mi llanto con unas birrras.
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¡Me encontré!. Sufrimiento inútil que sin embargo curte. Curte y enseña, ¡mira que no haber probado con el box ese antes de empezar con el gimoteo!.
Imperdonable descuido. Espero no haber ofendido a la simpar Doña Ostra y no haber ser motivo de menoscabo en su producción de perlas.
Perdone mi impertinente ceguera, molusco maravilloso (molusca maravillosa queda raro). En penitencia prometo que hoy no comeré ni una de sus suculentas hermanas.
Por lo demás creo que seguiré un rato en la neverra. Lo de combatir la soberbia ni siquiera me lo planteo.
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El análisis mayonéutico del gran luigi es el tercer regalo que recibo. El segundo, cómo no, la fina labor de orfebrería de nuestra queridísima Ostra.
El primero, no me resisto a contarlo, fue un portentoso escote de veinteañera en sazón que algún dios magnánimo colocó y mantuvo ante mí durante toda la cena de ayer. Una cosa… una cosa… Bufff… Con el añadido de que fue mi costilla la que decidió dónde cenaríamos, e incluso el asiento que me correspondía. Prodigios de la Navidad.
¿Habrá moscatel en la neverra?
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